10. Pescado azul
No dejes que la palabra “grasa” te haga pensar que el pescado graso no es saludable. El pescado azul es un complemento delicioso y saludable para cualquier dieta. El salmón, la caballa y la trucha son algunos ejemplos de pescado azul. No todas las grasas son iguales. Algunas grasas, como las del pescado, ayudan a reducir la presión arterial, lo que es bueno para el corazón.
De hecho, la Asociación Americana del Corazón recomienda añadir a la dieta dos raciones de pescado graso a la semana. Se ha demostrado que los omega-3 presentes en los pescados grasos reducen los factores de riesgo asociados a los problemas cardíacos. Evitan que las plaquetas se aglutinen y, por lo tanto, reducen el riesgo de que se formen coágulos de sangre que pueden provocar problemas cardíacos. Ayudan a mantener las paredes de las arterias libres de obstrucciones y ayudan a reducir la inflamación del cuerpo.
Los alimentos ricos en omega-3 también ayudan a combatir los síntomas de los trastornos del estado de ánimo. Por si fuera poco, también son fantásticas para la salud de los ojos y el cerebro.