7. Productos lácteos no pasteurizados
El proceso de pasteurización elimina las bacterias de la leche y otros productos lácteos que pueden ser perjudiciales para la salud humana. Toda la leche que se vende en los supermercados y tiendas británicas ha sido pasteurizada, pero la leche “cruda” que no ha sido pasteurizada puede comprarse directamente en las granjas. Algunos quesos también se elaboran con leche no pasteurizada, como el parmesano, el gruyere y el roquefort.
Los adultos sanos pueden tolerar la leche y los productos lácteos no pasteurizados, pero no los cuerpos jóvenes de bebés y niños. Son más susceptibles a los peligrosos patógenos transmitidos por los alimentos que pueden causar graves intoxicaciones alimentarias, como la listeria. Por lo tanto, la leche y los productos lácteos no pasteurizados no deben darse a los bebés ni a los niños.
Resumen:
La leche cruda sin pasteurizar o los productos lácteos elaborados con leche sin pasteurizar, como los quesos parmesano y roquefort, no deben darse a los bebés y a los niños pequeños debido al alto riesgo de intoxicación alimentaria grave.
