9. Elija bien los productos lácteos
Los productos lácteos, incluyendo la leche entera, el queso y la mantequilla, contienen cantidades relativamente altas de grasas saturadas. Necesitamos un cierto nivel de grasa en nuestra dieta para obtener energía, la producción de ciertas hormonas y la absorción de las vitaminas liposolubles, A, D, E y K. ¡Así que la grasa no es ciertamente el diablo! Lo importante es el tipo de grasa.
Las grasas saturadas, como las que se encuentran en los productos lácteos (y otros productos animales como la carne roja), pueden provocar un aumento de los niveles de colesterol en sangre. Si tiene diabetes de tipo 2, ya tiene un mayor riesgo de tener también el colesterol alto.
Así que opte por productos lácteos bajos en grasa, como la leche desnatada, el yogur bajo en grasa y el requesón bajo en grasa (sólo tenga cuidado con los altos niveles de azúcar que a veces se encuentran en el yogur bajo en grasa).
También puede probar alternativas sin lácteos que son naturalmente más bajos en grasa, como la leche de avena o las alternativas de queso a base de soja. Algunas alternativas de queso a base de frutos secos pueden ser igual de ricas en grasas; suelen ser grasas insaturadas más saludables, pero aun así, consúmalas con moderación.
Resumen:
Opte por productos lácteos bajos en grasa o alternativas sin lácteos para ayudar a reducir su consumo de grasas saturadas.
