3. Favorece un sistema inmunológico sano
La vitamina C es una vitamina antioxidante, y los antioxidantes desempeñan un papel importante en la lucha contra los radicales libres, unas moléculas de oxígeno desagradables e inestables que pueden dañar nuestro ADN y nuestras células, incluidas las importantes células del sistema inmunitario.
Una manzana contiene el 10% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C, y consumir antioxidantes como la vitamina C ayuda a proteger el sistema inmunitario de los daños causados por los radicales libres. Los radicales libres se introducen en el organismo a través del tabaco, la ingesta de alimentos fritos y procesados, el consumo excesivo de alcohol y la inhalación de contaminación. Pero también son un subproducto inevitable de funciones biológicas normales como la respiración y la digestión.
Un sistema inmunológico bien reforzado está mejor equipado para hacer su trabajo de encontrar y destruir los agentes patógenos invasores que, de lo contrario, podrían causar infecciones y enfermedades y provocarnos malestar.
Los estudios en animales también sugieren que una dieta rica en fibra también puede reforzar el sistema inmunitario al convertir las sustancias químicas proinflamatorias en antiinflamatorias y de apoyo inmunitario. Se necesitan más estudios en humanos, pero los resultados son prometedores.
Las manzanas abundan en las cosechas de otoño, que es un momento idóneo para pensar más en reforzar el sistema inmunitario antes de la temporada de bichos invernales. Quizá sea la forma que tiene la madre naturaleza de animarnos a comer bien de cara a los meses más fríos.
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