Diminutos, dulces y a menudo escondidos entre las uvas y las fresas más comunes en los pasillos de productos del supermercado, los arándanos son una fruta discreta y sin pretensiones. De hecho, ni siquiera son técnicamente azules, ya que pasan de un color verdoso cuando son jóvenes a un tono púrpura cuando están maduros.
Pero lo que les falta en tamaño y presencia en las estanterías, lo compensan sin duda en beneficios nutricionales, ganándose con razón la corona de superalimento.
Repletos de vitaminas, antioxidantes y fibra, los arándanos son una de las frutas más ricas desde el punto de vista nutricional y constituyen un desayuno saludable o un capricho dulce cuando se tiene un antojo de azúcar. Pueden comerse directamente del paquete, añadirse a los cereales del desayuno, mezclarse en un batido de proteínas o incluso añadirse a magdalenas caseras para un indulgente brunch de fin de semana.
Los arándanos son una de las fuentes más abundantes de antioxidantes, nutrientes que ayudan a proteger el organismo de las enfermedades y el envejecimiento prematuro.
Así que echemos un vistazo a estas increíbles bayas y descubramos sus verdaderos beneficios para la salud.
