Las manzanas. Son bastante corrientes, ¿verdad?
De niños las comíamos alegremente a la hora del almuerzo (o las escondíamos en el fondo de nuestras mochilas escolares) y de adultos se han convertido en un alimento básico olvidado en nuestros fruteros.
La sana manzana es una de las frutas más sencillas, disponibles y cotidianas, que puede comerse sobre la marcha y que puede sumarse fácilmente a nuestra ingesta de frutas y verduras.
Una manzana cuenta como una ración diaria y hay un gran número de variedades cultivadas localmente, lo que contribuye a una alimentación sostenible.
¡Y estas sabrosas frutas están lejos de ser básicas! Están repletas de fibra, vitaminas antioxidantes, minerales esenciales y cuentan con su propio envoltorio natural comestible. Las manzanas contienen nutrientes que pueden favorecer desde la salud de nuestro intestino hasta la de nuestro corazón, contribuir a reducir el riesgo de enfermedades crónicas e incluso ayudarnos a perder peso.
Así que, ¿podría ser cierto el viejo dicho de que una manzana al día, mantiene alejado al médico? He aquí ocho notables beneficios para la salud atribuidos a la humilde manzana que deberían convencerle para añadirla a su dieta.